miércoles, 27 de agosto de 2014

ESNIFANDO RADIOHEAD

Fotografía. Anabel Garay. 2014

Esnifando Radiohead noche tras noche
durante los 99 días de este interminable verano.

Recogida, regocijada
me zambullo en su música amniótica y sideral.
Segura, protegida,
como feto en el vientre materno.

A salvo durante unos minutos, 
cada noche en el retorno a casa,
ahuyento mis fantasmas cotidianos.

Fuerzo mis pasos
para marcar el ritmo de "Paranoid Android"
y acelero con "There there".
Ultrarrepetidos acordes y sonidos
que tantas veces me han arropado,
forrando de algodones, a veces punzantes,
estos días en que mi alma se siente frágil y solitaria.

La voz afilada y penetrante de Tom Yorke
dibuja mi desgarro interior,
encajando cual sinapsis 
con mi hartazgo, apatía y desilusión general.
Actuando como ácido balsámico y neurotransmisor 
de una chispa de esperanza.

Atravieso el gigante azul y blanco de hierro,
y a cada exhalación imagino que éste me empuja 
      suave e irremediablemente hacia la oscura corriente...    

Vuelo, floto,
me licúo, me evaporo,
mecida por el viento 
y los sonidos xilofónicos de "No surprise"
dulce y templada canción de cuna adulta.
Que duele...
Y alivia, a la vez...